Sesión 1 (3 de junio de 2010)

Sesión 1 (3 de junio de 2010). Tras una escuela respondiente a las necesidades de hipermediación (Paulo Contreras).

Reseña de Santiago Giraldo Luque

El proyecto Kelluwen, planteado como una herramienta para la resolución de la tensión entre la cultura social mediatizada y la cultura escolar, toma como eje articulador de su estructura teórica a la cultura que se entiende, desde su multiplicidad semántica (sobremodernidad, posmodernidad, cibercultura, sociedad de la información…), como el elemento que define la influencia de la tecnología sobre un sistema social específico, en este caso, sobre el sistema específico denominado escuela.

La formulación sobre la base cultural de Kelluwen, define a lo tecnológico no como el motor de cambio sino como un recurso que puede ser utilizado para realizar y facilitar múltiples tareas en la cotidianidad escolar. Posicionados desde la cultura, el problema no se sitúa en lo tecnológico, se centra en las instituciones formales e informales, en la cultura, como proceso fundamental para aprehender el cambio tecnológico.

Asimismo, el proyecto de investigación aplicada en diferentes ámbitos territoriales del sur de Chile, principalmente en Valdivia, asume que la escuela y sus instituciones públicas, socialmente vulnerables, al situarse en la lógica de los cambios culturales guiados por múltiples procesos externos a la misma institución, sufre un distanciamiento de su rol “tradicional” y genera una emergencia de una brecha entre lo que la institución entiende como su función y lo que la comunidad exige de su labor. La escuela, en últimas, asume todas las (macro)problemáticas –la complejidad- a las que el Estado, a través del gobierno, no logra responder adecuadamente (uso de la tecnología, manejo de las drogas, manejo de la sexualidad, aceptación cultural, religiosidad).

Ante la problemática planteada sobre lo cultural y la apropiación de lo tecnológico, Kelluwen se propone construir un proceso de Diseños Didácticos Colaborativos que contemplen cuatro dimensiones participativas (profesores, estudiantes, contenidos y contexto). El trabajo colaborativo mediado a través de la Web 2.0 de educación, pretende realizar diseños instruccionales en los que se realice el análisis, diseño, desarrollo, implementación y evaluación, bajo una metodología de espiral en cuyo final se recrea nuevamente el proceso.

La propuesta de Kelluwen pasa por un nivel de complejidad sobre la adopción de la cultura escolar que permite plantear, bajo la teoría de sistemas, un subsistema denominado cultura escolar. El subsistema planteado abarcaría, al menos, los siguientes elementos:

  1. Actores (estudiantes, profesores, familias…)
  2. Marco regulador (leyes, reglamentos)
  3. Currículum (explícito, implícito)
  4. Espacio
  5. Tiempo
  6. Economía institucional
  7. Medios de comunicación

Bajo los anteriores elementos que conforman el subsistema de la cultura escolar y que pueden concentrarse en la institución educativa –asumiendo por institución un sistema de convenciones de reconocimiento basadas en lo simbólico y transmitidas a través de lenguajes- la construcción de un modelo completo, ordenado y simple de elementos y subsistemas adicionales, permite la exploración de ese sistema escolar (cultura escolar) de acuerdo a la siguiente lógica: si se asume la amplitud del sistema, se conocen las economías (las formas de hacer más simple lo complejo) que se desarrollan en el mismo y se entiende la lógica simbólica bajo la cual se construye la institución escolar (relaciones, contextualizaciones), es posible modelar el sistema y realizar un movimiento de piezas e introducir elementos exteriores al propio subsistema para verificar sus reacciones al mismo. Es posible analizar cómo el subsistema puede asumir –o no- las complejidades que el entorno le propone.

Para el caso particular, Kelluwen plantea la introducción tecnológica a las escuelas que deben responder de acuerdo a sus propias culturas escolares, diferenciadas para cada institución, pero casi siempre definidas con los mismos elementos.

En cualquier caso, la introducción de los nuevos elementos a las instituciones, responde a intereses de diferentes sistemas y es determinado por estructuras más amplias que definen, como señalábamos anteriormente, los marcos de complejidad que se sitúan sobre la escuela. No es posible identificar a internet ni a la tecnología como elementos neutros. Tienen intencionalidades específicas y se desarrollan a través de artefactos y discursos de cambio. ¿Qué hay detrás de todo el andamiaje tecnológico?

En último término, ante la propuesta de los Diseños Didácticos Colaborativos, se entiende la configuración de planes de trabajo aplicados al subsistema escolar. Los diseños didácticos, como elementos que permiten el cambio y que vehiculan la “Educación enriquecida con tecnología”, necesitan responder a ese modelo amplio anteriormente propuesto y requieren de un proceso de formalización, bajo las lógicas propias de la institución escolar.

Kelluwen Presentación

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